Durante muchos años el «riesgo» representaba una amenaza, no en vano algunos filólogos consideran que es un vocablo derivado del «risco» o precipicio desde el cuál el peligro acecha a una caída mortal. Para muchos resulta prácticamente imposible no considerar el riesgo como algo que genera temor a enfrentarlo.
El estudio del riesgo en las corporaciones, y la consolidación de una política que atienda su gestión, ha logrado que hoy podamos considerarlo como una «oportunidad de mejora», y la gestión del riesgo resulta una disciplina multidisciplinaria que se apoya en normas internacionales y en conocimiento y experiencia necesarios para transformar amenaza en oportunidad y mantener altos estándares de calidad, asegurando la operación del negocio, el apego al marco legal, la rentabilidad esperada y la reputación de las marcas.